En 1949 el P. Félix
Mujica, de los “Hijos de María inmaculada”, había tenido fuertes quebrantos de
salud que le obligaron a un largo reposo. Se alejó por un tiempo de Venezuela
para ir a Santa Lucia, isla de las Antillas donde trabajaban sus hermanos
religiosos, y muy en especial el P. Charles Gachet, su compañero de estudios
que llegará a ser el primer Obispo de la Iglesia en 1957.
Durante su permanencia
en las Antillas, el P. Félix estuvo en contacto con la Legión de María que
trabajaba activamente en todas las parroquias de la Iglesia. Al ver el entusiasmo
de los legionarios y los frutos de su trabajo apostólico le vino la idea de
lanzar este movimiento en el sector de Caracas donde trabajaba, en la Capilla
de María Inmaculada, hoy Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Palo Grande, que para ese entonces pertenecía a la Parroquia San Juan Bautista.
A su regreso a
Venezuela, en el mes de octubre de 1949, hizo contacto con personas muy vinculadas
con la ‘Comunidad de los Hijos de María Inmaculada’. Inmediatamente el proyecto
se hizo realidad.
Así la fundación de la
Legión de María en Venezuela ocurrió hace 62 años. Buscamos una hermana
legionaria de Trinidad que estaba en Venezuela y con la ayudad de otras
personas formamos el primer Praesidium en la casa perteneciente a la ‘Comunidad
de los Hijos de María Inmaculada’ en Palo Grande, el 21 de enero de 1950.
Los primeros tiempos
fueron difíciles porque era una obra nueva, desconocida en Venezuela. Las autoridades
eclesiásticas no querían reconocerla.
Se le presentó al
Arzobispo el primer informe del trabajo apostólico que había realizado la
Legión de María bajo la protección de la Santísima Virgen. Al leerlo quedó muy
complacido y con su aprobación comenzó la Legión de María a extenderse en
diversas parroquias de Caracas.
Se fundaron los
primeros Praesidia en Palo Grande, luego siguió un grupo en Prados de Creole,
el Recreo, Catia, Santa Rosalía y a los pocos años se formalizo los Praesidias
de jóvenes.
Posteriormente comenzó
a organizarse en el interior del país. El primero fue en Trujillo en la ciudad
de Boconó. Luego de allí se expandió a Maracaibo, Los andes, los llanos y el Oriente
Venezolano.
Y es así como hoy
tenemos la alegría de ver que esa pequeña semilla creció como la pequeña
semilla de mostaza de la parábola del Evangelio, transformándose en un gran
árbol. Esa semilla fue abonada con pocos sacrificios y ahora podemos verla
extendida por todo el país.
A los cinco años de
fundada, la Legión de María contaba con legionarios entregados a las obras con gran
amor, extendiendo la devoción a María y trabajando por los hermanos. A través de
los años la Santísima Virgen ha querido sostener y revitalizar su obra.
Los legionarios deben
ser personas sencillas y al mismo tiempo deben realizar su apostolado en la
parroquia, allí donde están los enfermos, allí donde hace falta la presencia de
Jesucristo, allí donde están los presos, allí donde hay concubinato, allí donde
hay deficiencias morales y espirituales, ese es su trabajo y deben trabajar decididamente
con todos sobre todos los mas afligidos socialmente y religiosamente.